La herida es proporcional al vínculo.


Si un niño de 3 años te dice: ¡Eres un tonto!, tú como adulto, seguramente reaccionaras de una manera. pero ¿que ocurriría si lo mismo te dice tu futuro suegro cuando vas a pedir la mano de su hija; o tu jefe durante una reunión importante de ejecutivos, donde tu querías causar buena impresión?

Las palabras son evaluadas no solo por el significado y atribución semántica que conllevan, sino y con bastante fuerza, por el sentido que cada uno les otorga.
La asimilación e interpretación de las palabras comprometen mucho de tu historia.


VÍNCULOS HUMANOS:

La vida humana nos ha puesto de manifiesto las cualidades sociales que el hombre posee; a través de ellas hemos constatado que esta en grado de interactuar, comunicarse, vivir en sociedad, desarrollar cultura, etc.

Desde que el hombre se une a una mujer establece vínculos (etimológicamente): fuerza que une a otra) y al procrearse estos se van extendiendo; la conformación de una familia, célula primaria de la sociedades una prueba de ello.

Ya en la concepción, el niño intrauterino depende totalmente de factores ante los cuales nada puede decir o hacer. cuando nace es totalmente dependiente y su apego esta condicionado por sus necesidades, que además, (salvo excepciones), los padres y adultos responsables, tratan de satisfacer con esmero y amor.


Mary Ainsworth (1990), ha estudiado en niños de uno y dos años las respuestas que el comportamiento de la madre suscita en el hijo. los resultados señalan:

Apego seguro: La madre salia de la habitación y los niños se ponen ansiosos, se agitaban, pero cuando ella regresaba se calmaban y controlaban su exploración siempre en los alrededores de ella.

Apego inseguro: Los niños se desesperaban al separarse de la madre, pero cuando retornaba se olvidaban de ella.

Apego evitativo: Los niños evitaban a la madre y no mostraban ningún interés en sus idas y venidas.






















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